—El mundo se hunde —dijo él—. Y aquí me tienes, entre una botella de whisky y un puto mar de coños.
—Ya empieza otra vez —pensó ella—. Otro discurso melodramático empapado en alcohol y en la misma miseria de siempre. De cómo la sociedad se derrumba y no queda otra cosa que encuentros furtivos, húmedos y desagradables en los rincones. Sobre cómo nos lanzamos en los brazos de cualquiera que pase, buscando el ideal del amor (ese que no existe) de una manera tan destructiva y desesperada que nos rompe para siempre. Y sin embargo, aquí estamos. Tú y yo en el fin del mundo. Mano a mano.
—Ya empieza otra vez —pensó ella—. Otro discurso melodramático empapado en alcohol y en la misma miseria de siempre. De cómo la sociedad se derrumba y no queda otra cosa que encuentros furtivos, húmedos y desagradables en los rincones. Sobre cómo nos lanzamos en los brazos de cualquiera que pase, buscando el ideal del amor (ese que no existe) de una manera tan destructiva y desesperada que nos rompe para siempre. Y sin embargo, aquí estamos. Tú y yo en el fin del mundo. Mano a mano.
te sigo :)
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