No digas nada, no te atrevas ni a pronunciarlo, ni una sílaba. No lo hagas o se esfumará, desaparecerá para siempre como volutas de humo barridas por el viento del norte. No te atrevas a creerlo aún, es demasiado pronto, sólo es un esbozo a lápiz en un folio demasiado blanco.¡No! No lo pienses, no se te ocurra, no lo intentes o nunca se hará realidad. Deja que flote en algún lugar de tu mente, sin que llegue a estar demasiado presente, por si algún día se materializa y puedes tocarlo con la llema de los dedos, ligeramente, con cuidado, suavemente... O volverá a ser un sueño.