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Mostrando entradas de octubre, 2009

Huecos.

Echo de menos las noches de verano, bañarme en el mar en ropa interior, las tardes en el bordillo del Tiro y la sensación que me recorre antes de un viaje largo. Echo de menos al chico que me robaba besos en el Pani y los fines de semana de segundo de bachillerato. Me faltan los campos de amapolas, mi abrigo de la sierra de Arroyo y las reuniones en la Ilíada. Me falta gente, me sobra gente. Me sobran el espacio y los minutos pero me faltan los días y las ganas.

Platón, tío.

"...Es que está buenísima tío. Si fuese mi esposa la tendría ahí, sin hacer nada, me pasaría el día mirándola. Es que algunas mujeres están hechas para contemplarlas... Es Platón, tío." Hoy al salir de clase escuché a dos chicos diciendo eso. Es la conversación de dos extraños más interesante que he escuchado en mucho tiempo, teniendo en cuenta que escuchar conversaciones ajenas no es mi hobbie, ni nada parecido. En el fondo es bonito que haya hombres que piensen así... aunque sólo sea para las mujeres que estén hechas para ser contempladas.

Vivan los vasos llenos de agua sin dueño.

Como las cosas obsoletas que nos recuerdan lo que no queremos ser. Que todo el mundo tiene miedo al paso del tiempo es cierto. Terror no a envejecer, sino a quedar viejos. El pensamiento general es que somos jóvenes y esas cosas aún no nos pasan. O eso creemos. Yo por mi parte estoy bastante enfadada con el hecho de que ya nunca llegaré a ser una "lolita". Es así, a los veinte ya no se puede y a mi me hubiese hecho una ilusión tremenda. De todas formas soy de la opinión de que es mejor cambiar la "nostalgia de lo que no tuve" y el "miedo a lo que nunca tendré" simplemente por curiosidad. Que nunca sabemos lo que viene después y cada decisión es un mundo. Yo normalmente, al decantarme, me acuerdo del "coste de oportunidad" y éste eventualemnte me abruma. Pero me gusta seguir, poder mirar atrás y ver cómo ha cambiado todo sin juzgar si fue para bien o para mal. La cuestión está en no arrepentirse, porque llegados a este punto, cualquiera, ya sólo h

Ça que j'ai oublié.

Es absurdo como se olvidan las cosas importantes. Esas que en su momento significaron todo un mundo, las mismas que sólo vuelven para recordarnos que las hemos olvidado. Es como si la vida escribiese encima y, de repente, al volver la vista atrás hubiesen perdido todo su significado.

Oda al frescor salmantino mañanero

Que no, es broma, yo por ahora no sé escribir odas... o no me da la inspiración. Sin embargo lo que si quiero expresar es mi intenso amor a la brisa glacial mañanera que me envuelve, retoza a mi alrededor y se mete hasta por debajo de mi ropa interior cada vez que me encamino a mi querida facultad. Y es que las alternativas para llegar a tal lugar me dejan literalmente helada: la primera es atravesar la fría estepa siberiana que es la Rúa, la segunda (y por ello mucho peor) es recorrer la calle de los tres coños. Sí, la de "coño que bonito, coño que alto, coño que FRÍO!". Si fuese posible maquinaría irme a Hawái. De hecho ya lo estoy maquinando. Ya me vereis por allí, aunque sea con el Imserso. ¿Verdad que es una pena que las grandes oportunidades de la vida nos lleguen cuando más parecido guardamos con una pasa?

Salamanca,

que enhechiza a voluntad de volver a ella a todos los que de la "apacibilidad" de su vivienda han gustado. Ayer me volvieron a liar. El típico plan de "cerveceo de tranquis" que se desmadra y que acaba siendo "cachis en el pani". Ahora ando entre maletas y planteandome hasta que punto es necesario llevarme el portátil. De todas formas este no es el caso. Hace tres años que vivo, sobrevivo (si se tiene en cuenta el frío) en esta ciudad cuya tradición universitaria tiene más años que tú, yo y el apuntador juntos. Cuando yo termine la carrera todo seguirá igual que cuando empecé, ya que si hace 40 años ya estaba así (de ello da fe mi padre), dentro de 40, exceptuando el nombre de algunos bares, todo seguirá igual. La gente seguirá considerándose avanzada a su época, vestirá moderno, irá a bares con música moderna, se agobiará antes de exámenes, y se encerrará en las bibliotecas, se enamorará y se desenamorará, se emborrachará y saldrá los martes, los jueves,

Más problemas.

Porque la vida está plagada de ellos, los hay de todas clases y maneras, aparecen de improviso o se van formando poco a poco, se quedan y perduran o se van tan rápido como llegan. Como dice un proverbio ¿chino? que una buena patata me repite a intervalos de frecuencia moderada, si tu problema tiene solución ¿De qué te quejas? Y si no la tiene ¿De qué te quejas? Érase una vez una chica que tenía un problema con un hombre; cada vez que se veían sus manos no paraban quietas.