Créeme que eres un cristal que según la luz que filtre proyectará una cosa u otra. Tienes miles de muescas que te ha hecho la vida y otras tantas que venían de fábrica. Tienes manchas, pegotes, rayas y mil cosas más. La luz es la mirada del otro. Que sólo es capaz de ver la proyección. Y no es tu culpa, ni mi culpa, ni la de nadie que vea algo que no le guste, quizás su luz es demasiado tenue o demasiado fría. Pero el hecho es que simplemente no encajas en su visión de la vida. Así que píntate una raya más y repítete que esta no va a ser la última vez y que no te importa. Dime si no te sientes viva. Porque la vida es esto, los altos y los bajos. Todo sentimiento fuerte aunque sea malo es un impulso, así que aprovecha éste. No lo dejes estancado y permite que te lleve. Que te lleve incluso si el destino es el siguiente montón de la más absoluta mierda. Porque, ¿Sabes? Cuando la vida se mantiene estancada y nada pasa, sólo el tiempo, hasta la mierda sabe a gloria.