Echo de menos las noches de verano, bañarme en el mar en ropa interior, las tardes en el bordillo del Tiro y la sensación que me recorre antes de un viaje largo. Echo de menos al chico que me robaba besos en el Pani y los fines de semana de segundo de bachillerato. Me faltan los campos de amapolas, mi abrigo de la sierra de Arroyo y las reuniones en la Ilíada. Me falta gente, me sobra gente. Me sobran el espacio y los minutos pero me faltan los días y las ganas.
que enhechiza a voluntad de volver a ella a todos los que de la "apacibilidad" de su vivienda han gustado. Ayer me volvieron a liar. El típico plan de "cerveceo de tranquis" que se desmadra y que acaba siendo "cachis en el pani". Ahora ando entre maletas y planteandome hasta que punto es necesario llevarme el portátil. De todas formas este no es el caso. Hace tres años que vivo, sobrevivo (si se tiene en cuenta el frío) en esta ciudad cuya tradición universitaria tiene más años que tú, yo y el apuntador juntos. Cuando yo termine la carrera todo seguirá igual que cuando empecé, ya que si hace 40 años ya estaba así (de ello da fe mi padre), dentro de 40, exceptuando el nombre de algunos bares, todo seguirá igual. La gente seguirá considerándose avanzada a su época, vestirá moderno, irá a bares con música moderna, se agobiará antes de exámenes, y se encerrará en las bibliotecas, se enamorará y se desenamorará, se emborrachará y saldrá los martes, los jueves,
Yo solo te digo una cosa pollo:
ResponderEliminarHoy tengo ganas de tiii (8)
Tarde o temprano volverá a haber tiempo para todo eso.
ResponderEliminarDe verdad :)