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No, no hay nada que me lo impida, es que no quiero.

Te diría que si, lo sabes. Dicen que hay gente que siempre asiente porque no se atreve a hacer lo contrario, pero el "no" es más fácil. No no da miedo ni abre puertas. Las cierra a cal y canto, te deja solo. A veces es justo, quizás no podría ser de otra forma.
Muchas veces ni siquiera hace falta que salga de ti, autonegarse cosas también es factible. "No, no estoy dudando, yo nunca dudo" y "no, esto no me gusta, yo siempre he tenido claro lo que no aguanto".
No, creo que es un malentendido, yo no... No, no echo nada de menos. No era importante. No es importante. No, claro que no hay problema. No, ya lo he olvidado. No lo he visto, no. No, yo nunca lloro. No le da vergüenza, es que es arisca. No, no hay nada que me lo impida, es que no quiero.

Comentarios

  1. No es que me guste, es que me encanta.

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  2. no es que yo sea borde, es que tú eres gilipollas
    (sin acritud ni relación contigo, es una frase random)

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Salamanca,

que enhechiza a voluntad de volver a ella a todos los que de la "apacibilidad" de su vivienda han gustado. Ayer me volvieron a liar. El típico plan de "cerveceo de tranquis" que se desmadra y que acaba siendo "cachis en el pani". Ahora ando entre maletas y planteandome hasta que punto es necesario llevarme el portátil. De todas formas este no es el caso. Hace tres años que vivo, sobrevivo (si se tiene en cuenta el frío) en esta ciudad cuya tradición universitaria tiene más años que tú, yo y el apuntador juntos. Cuando yo termine la carrera todo seguirá igual que cuando empecé, ya que si hace 40 años ya estaba así (de ello da fe mi padre), dentro de 40, exceptuando el nombre de algunos bares, todo seguirá igual. La gente seguirá considerándose avanzada a su época, vestirá moderno, irá a bares con música moderna, se agobiará antes de exámenes, y se encerrará en las bibliotecas, se enamorará y se desenamorará, se emborrachará y saldrá los martes, los jueves,

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