Sus blancas manos sobre la mesa abarrotada de gente no demasiado especial. La mirada perdida en algún fascinante punto del infinito que nadie más parecía notar. Gritaba.
Mientras caminaba perdida por las calles de cualquier ciudad. Mientras te hablaba. Mientras se cortaba el pelo en largos mechones que parecían, por un momento, flotar. Gritaba.
Lo hacía en silencio. Sólo ella sabía cómo se crispaba su voz interior cada minuto del día y cómo la dejaba exhausta al final de éste, con la mente tan cansada y el cuerpo tan joven e intacto.
Lo hacía porque deseaba algo imposible. Nada más. Una vez fue un sueño que se repitió demasiado en alto y dejó de ser cierto, se convirtió en algo tan imposible como gritar en silencio. Tánto como que se reconcilie el agua con el aceite, como una acompañada soledad.
Tan imposible como que esta cara de la luna pueda ver su otra faz.
Mientras caminaba perdida por las calles de cualquier ciudad. Mientras te hablaba. Mientras se cortaba el pelo en largos mechones que parecían, por un momento, flotar. Gritaba.
Lo hacía en silencio. Sólo ella sabía cómo se crispaba su voz interior cada minuto del día y cómo la dejaba exhausta al final de éste, con la mente tan cansada y el cuerpo tan joven e intacto.
Lo hacía porque deseaba algo imposible. Nada más. Una vez fue un sueño que se repitió demasiado en alto y dejó de ser cierto, se convirtió en algo tan imposible como gritar en silencio. Tánto como que se reconcilie el agua con el aceite, como una acompañada soledad.
Tan imposible como que esta cara de la luna pueda ver su otra faz.
^^
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