El día en el que K decidió sincerarse con R, R fue cobarde y respondió un "yo también". Mintió porque pensó que, aunque aún no era verdad, lo sería. Y lo fue.
Mil años después y en otro planeta, con otra tierra y otro mar R quiso a K. Era entonces cuando K ya no quería a R. R fue cobarde, pensó "yo tampoco" y desapareció.
Y fue que ninguno de los dos volvió a cruzarse con el otro.
Y fue que K y R no fueron nunca R y K.
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