...y luego vieron mucho la tele y se convencieron de que era lo normal y
lo sano y se casaron. Y siguieron poniéndose los cuernos hasta que
después de tener un par de hijos se separaron y, cuando al analizar su
vida, -los que lo hicieron- se dieron cuenta de que había sido un
desastre, nadie les pudo explicar ya que el amor está por encima del sexo
y la borrachera, porque, aquél que pudiera explicárselo años ha había
sido enterrado junto al Cid, bajo siete candados.
que enhechiza a voluntad de volver a ella a todos los que de la "apacibilidad" de su vivienda han gustado. Ayer me volvieron a liar. El típico plan de "cerveceo de tranquis" que se desmadra y que acaba siendo "cachis en el pani". Ahora ando entre maletas y planteandome hasta que punto es necesario llevarme el portátil. De todas formas este no es el caso. Hace tres años que vivo, sobrevivo (si se tiene en cuenta el frío) en esta ciudad cuya tradición universitaria tiene más años que tú, yo y el apuntador juntos. Cuando yo termine la carrera todo seguirá igual que cuando empecé, ya que si hace 40 años ya estaba así (de ello da fe mi padre), dentro de 40, exceptuando el nombre de algunos bares, todo seguirá igual. La gente seguirá considerándose avanzada a su época, vestirá moderno, irá a bares con música moderna, se agobiará antes de exámenes, y se encerrará en las bibliotecas, se enamorará y se desenamorará, se emborrachará y saldrá los martes, los jueves,
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