Y si estuviera allí la luz aún se colaría entre las persianas. Puede que sintiese calor, un hormigueo en la punta de los pies que abrazase mis tobillos y se colase como agua de lluvia por mis piernas.
Y si estuviera allí.
Si estuviera allí las gotas habrían ya, hace mucho, mojado la tierra y desde la terraza de un tercer piso alguien inspiraría y pensaría que las tardes de mayo, si están mojadas, merecen más la pena.
Y si estuvieras aquí al menos el aire bárbaro que me hace nudos en el pelo te revolotearía a ti también y entonces sería más brisa y menos viento.
Pero no lo estás y el aire va en ráfagas de mano con la lluvia, moja la tierra con tanta fuerza que hace daño y las nubes son caos y el cielo es caos y yo soy caos y tú,
tú no sé si lo serás.
Pero tendría sentido porque para mí no hay nada más bello...
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